sábado, 15 de outubro de 2011

SANTA TERESA DE ÁVILA

15 de octubre
Santa Teresa de Ávila
Virgen y doctora de la Iglesia
Nace Teresa en Ávila el 28 de marzo de 1515. A los dieciocho años, entra en el Carmelo. A los cuarenta y cinco años, para responder a las gracias extraordinarias del Señor, emprende una nueva vida cuya divisa será: «O sufrir o morir». Es entonces cuando funda el convento de San José de Ávila, primero de los quince Carmelos que establecerá en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Murió en Alba de Tormes, al anochecer del 4 de octubre de 1582. Pablo VI la declaró doctora de la Iglesia el 27 de septiembre de 1970.

Acordémonos del amor de Cristo
Del Libro de su vida, de santa Teresa de Ávila, virgen y doctora de la Iglesia
Con tan buen amigo presente –nuestro Señor Jesucris­to–, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir. Él ayuda y da esfuerzo, nunca falta, es amigo verdadero. Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes quiere que sea por manos de esta Hu­manidad sacratísima, en quien dijo su Majestad se deleita.
Muy muchas veces lo he visto por experiencia; hámelo dicho el Señor. He visto claro que por esta puerta hemos de entrar, si queremos nos muestre la soberana Majes­tad grandes secretos. Así que no queramos otro camino, aunque estemos en la cumbre de contemplación; por aquí vamos seguros. Este Señor nuestro es por quien nos vie­nen todos los bienes. Él lo enseñará; mirando su vida, es el mejor dechado.¿Qué más queremos que un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe de sí. Miremos al glorioso san Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús­, como quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino: san Francisco, san Antonio de Padua, san Bernardo, santa Catalina de Siena.Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios; si su Majestad nos quisiere subir a ser de los de su cámara y secreto, ir de buena gana.Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene: que amor saca amor. Procuremos ir mirando esto siempre y despertándonos para amar, porque, si una vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón de este amor, sernos ha todo fácil, y obraremos muy en breve y muy sin trabajo.
O bien:
Necesidad de la oración
Del Libro de su vida, de santa Teresa de Ávila, virgen y doctora de la Iglesia
No sin causa he ponderado tanto este tiempo de mi vida, que bien veo no dará a nadie gusto ver cosa tan ruin, que cierto querría me aborreciesen los que esto leyesen de ver un alma tan pertinaz e ingrata con quien tantas mercedes le ha hecho; y quisiera tener licencia para decir las muchas veces que en este tiempo falté a Dios.Por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración, pasé este mar tempestuoso casi veinte años con estas caídas. Y con levantarme y mal –pues tornaba a caer– y en vida tan baja de perfección, que ningún caso casi hacía de pecados veniales, y los mortales, aunque los temía, no como había de ser, pues no me apartaba de los peligros, sé decir que es una de las vidas penosas que me parece se puede imaginar; porque ni yo gozaba de Dios, ni traía contento en el mundo. Cuando estaba en el contentos del mundo, en acordarme de lo que debía a Dios era con pena; cuando estaba con Dios, las aficiones del mundo me desosegaban. Ello es una guerra tan penosa que no sé cómo un mes la pude sufrir, cuanto más tantos años.Con todo, veo claro la gran misericordia que el Señor hizo conmigo, ya que había de tratar en el mundo, que tuviese ánimo para tener oración; digo ánimo, porque no sé yo para qué cosa, de cuantas hay en él, es menester ma­yor que tratar traición al rey, y saber que lo sabe, y nunca se le quitar de delante; porque, puesto que siempre estamos delante de Dios, paréceme a mí es de otra manera los que tratan de oración, porque están viendo que los mira; que los demás podrá ser estén algunos días que aun no se acuerden que los ve Dios.Verdad es que, en estos años, hubo muchos meses –y o alguna vez año– que me guardaba de ofender al Señor y me daba mucho a la oración, y hacía algunas y hartas diligencias para no le venir a ofender. Porque va todo lo que escribo dicho con toda verdad, trato ahora esto.Mas acuérdaseme poco de estos días buenos, y ansí debían ser pocos y muchos de los ruines. Ratos grandes de oración pocos días se pasaban sin tenerlos, si no era estar muy mala y muy ocupada. Cuando estaba mala, estaba mejor con Dios; procuraba que las personas que trataban conmigo lo estuviesen, y suplicábalo al Señor; hablaba muchas veces en él.Ansí que, si no fue el año que tengo dicho, en veintiocho ­años que ha que comencé oración, más de los dieciocho ­pasé esta batalla y contienda de tratar con Dios y con el mundo. Los demás, que ahora me quedan por decir­, mudose la causa de la guerra, aunque no ha sido pequeña; mas, con estar, a lo que pienso, en servicio de Dios y con conocimiento de la vanidad que es el mundo, todo sido suave, como diré después.Pues para lo que he tanto contado esto es, como he ya dicho, para que se vea la misericordia de Dios y mi ingratitud; lo otro para que se entienda el gran bien que hace Dios a un alma que la dispone para tener oración con voluntad, aunque no esté tan dispuesta como es menester, y cómo, si en ella persevera, por pecados y tentaciones y caídas de mil maneras que ponga el demonio, en fin tengo por cierto la saca el Señor a puerto de salvación como, a lo que ahora parece, me ha sacado a mí.
Oración
Señor Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Ávila, para mostrar a tu Iglesia el camino la perfección, concédenos vivir de su doctrina y encien­de en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Moradas de Santa Teresa
Meditaciones del P.Podestá
(escritos paroquiales del 2005)
clic aquí
SANTA TERESA DE AVILA, MAESTRA DE ORACION

El día 15 celebramos a Santa teresa de Ávila, es por eso que les
comparto un poco de su vida,  una bella oración escrita por ella y
algunos de sus pensamientos, es  una gran  santa del calibre de San
Pablo Apóstol,  reformadora del  cartujo, una mujer espiritual y que
nos dejó una gran enseñanza como  vivir la unión con
Dios. Encomendémonos a su intercesión para que ella nos acerque a
Nuestro Buen Dios.

Teresa de Ávila nace el 28 de marzo de 1515 en Ávila, España, y
muere el 4 de Octubre de 1582 en Alba de Tormes, España.

Teresa de Ávila   es una fecunda  fundadora de conventos e insigne
escritora de la vida  espiritual. Ella fue declarada Santa el 12 de
marzo de 1622. El Papa Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia en
1960.

Santa Teresa de Ávila  es maestra de oración, mística  y doctora de
la Iglesia. Fundó  la Orden de clausura  de las Carmelitas Descalzas
el año 1562 en Ávila, España, asumiendo  los ideales del Carmelo.
Fue ayudada por San  Pedro de Alcántara, renovador de la orden
franciscana. El primer convento de las Carmelitas Descalzas lleva el
nombre de San José y se inicia en 1562. El Papa de la época y el
Obispo de Ávila autorizaron dicha fundación.

En septiembre-octubre de 1567 se encuentra  con el carmelita  Juan
de la Cruz, quien quería entrar a la Cartuja en busca de una vida
más espiritual, pero Santa Teresa de Ávila lo motiva a que renueve
la Orden de los Carmelitas.  En Noviembre de 1568 Juan de la Cruz da
inicio al primer convento de religiosos Carmelitas Descalzos.

Teresa de Ávila funda 17 monasterios de religiosas Camelitas
Descalzas en España. Juan de la Cruz funda 15 conventos de
religiosos Carmelitas Descalzos en España. Tanto Santa Teresa de
Ávila como San Juan de la Cruz son dos grandes místicos que fecundan
la vida espiritual hasta el día de hoy.

 
NADA TE TURBE

Nada te turbe,
Nada te espante
todo se pasa
Dios no se muda
La paciencia
todo lo alcanza
quien a Dios tiene
nada le falta
Sólo Dios basta.


Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
es gloria vana;
Nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico es promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual se merece,
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
nada le falta.

Id, pues, bienes del mundo,
Id, dichas vanas;
aunque todo lo pierda
Sólo Dios basta.

PENSAMIENTOS ESCRITOS POR SANTA TERESA:

1) Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.

2) Oración es tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.

3) La grandeza de Dios no tiene término.

4) Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero...Vivo en el Señor.

5) Me decidí a seguir aquel camino con todas mis fuerzas.

6) Me encomendé mucho a San José...Dios me ha dado grandes mercedes por medio de este bienaventurado Santo. Cada año en su día le pido una cosa, y siempre la veo cumplida;
si va algo torcida la petición,él la endereza para más bien mío.

7) Amar a Dios y servirle... Amor saca amor.

8) La caridad crece dando y dándose.

9) El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen.

10) Si el Señor imprime su amor en nuestros corazones, todo se nos hará más fácil.

11) Si uno persevera, Dios no se niega a nadie.

12) Dios se da a sí a los que lo dejan todo por Él.

13) No dejes nunca la oración. Dejar la oración es perder el camino.

14) Oración es que Dios viva en mí... Sea alabado el Señor que me libró de mí...El Señor nos da la libertad.

15) El cimiento de la oración va fundado en la humildad, y mientras
más se abaja un alma en la oración, más la sube Dios.

16) No tengas miedo. Nos dice Jesús: No tengas miedo, soy yo.

17) Humildad es andar en la verdad.

18) Estáse sola el alma con su Dios.

19) Forcemos a nosotros mismos para estarnos cerca del Señor.

20) Aquellos ratos que estamos en la oración; sea cuan flojamente estés, Dios los tiene en mucho.

21) Señor, ¿qué quieres que haga? .. Soy muy devota de la virtud de la obediencia.

22) El crecimiento del alma no está en pensar mucho, sino en amar mucho.

23) En la cruz está la vida y el consuelo. La cruz es el camino para el cielo. En la Cruz está el Señor.

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